En los últimos años, las cuentas fondeadas se han puesto de moda entre traders particulares. Y no es para menos: poder operar en los mercados con dinero que no es tuyo, y además llevarte una parte de los beneficios sin arriesgar tu propio capital, suena casi muy bueno para ser verdad. Pero ojo, porque queremos ponerte sobre aviso de un tema que muchos pasan por alto: la fiscalidad de las cuentas fondeadas.
Y es que lo que a primera vista parece una oportunidad de oro puede convertirse en un auténtico dolor de cabeza cuando llega la hora de rendir cuentas con Hacienda. ¿Por qué? Porque no es lo mismo operar con tu propio dinero que hacerlo desde una cuenta fondeada. No solo cambia la forma de trabajar, también cambia (y mucho) cómo tienes que declarar esos ingresos. Y te aseguramos que no es tan sencillo como parece.
Si estás pensando en lanzarte al mundo de las cuentas fondeadas, asegúrate de entender bien cómo tributan esas ganancias para no llevarte una sorpresa desagradable.
La clave se encuentra en la fiscalidad: inversión personal vs actividad económica
Cuando un trader invierte su propio dinero, las cosas son relativamente sencillas (dentro de lo que cabe). Las ganancias que obtiene se consideran ganancias patrimoniales y tributan en la base del ahorro en el IRPF. Vamos, el mismo saco donde van las ganancias por vender acciones o fondos. Los impuestos van desde un 19% hasta un 28%, según lo que hayas ganado. Hasta ahí, todo bastante conocido para la mayoría de traders.
Pero cuando operas con una cuenta fondeada, la historia cambia (y mucho). Aquí no estás invirtiendo tu propio capital, sino que lo que realmente haces es prestar un servicio a la empresa de fondeo, generando señales de trading para ellos. Desde el punto de vista legal y fiscal, esto es una actividad económica, algo muy parecido al copytrading profesional, que en Europa está regulado y, en muchos casos, requiere certificación como gestor de fondos.
¿Y qué implica esto en la práctica? Pues que, en España, si ganas dinero con cuentas fondeadas, técnicamente tendrías que darte de alta como autónomo, registrar tu actividad y tributar esas ganancias como rendimientos de actividad económica, dentro de la base general. ¿El problema? Que aquí los tipos son progresivos y pueden llegar hasta el 47%. Sí, lo has leído bien: casi la mitad de tus ganancias se las puede quedar Hacienda, muy por encima de lo que pagarías invirtiendo tu propio dinero.
¿Qué sucede fuera de España? Panorama fiscal en Latinoamérica
No solo nos hemos empapado de cómo trata Hacienda a los traders fondeados en España, sino que también hemos analizado qué pasa en otros países de habla hispana, porque el boom del fondeo está llegando con fuerza a toda Latinoamérica. Y ya te adelantamos algo: ningún país lo pone fácil.
- México: Si te fondean, tienes que registrarte ante el RFC (el padrón fiscal de allí) y tributar dentro del RESICO (un régimen simplificado para pequeños contribuyentes) o directamente en el régimen general. Dependiendo de lo que ganes, el tipo impositivo va desde un cómodo 1% hasta un nada amigable 35%.
- Colombia: Aquí la DIAN te ve como un trabajador independiente, así que te toca tributar como tal. Las tarifas van desde el 0% (si ganas poco) hasta un contundente 39%. Vamos, que si te va bien, te toca compartir bastante con el fisco.
- Argentina: En tierra albiceleste, las ganancias por cuentas fondeadas son rentas de tercera categoría. ¿Qué significa esto? Que sí o sí tienes que registrarte como monotributista (si tus ingresos son más bajos) o como responsable inscripto (si superas ciertos límites). Las tasas pueden llegar al 35%, y además hay que sumar los aportes a la seguridad social.
- Chile: En Chile, operar con cuentas fondeadas es prestar un servicio independiente, así que te toca emitir boletas de honorarios y declarar dentro del Impuesto Global Complementario. Aquí las tasas son progresivas y pueden alcanzar hasta el 40%, dependiendo de lo que factures.
- Perú: En Perú, las ganancias de fondeo se consideran ingresos de cuarta o tercera categoría, dependiendo de cómo se estructure tu actividad. Las tasas pueden llegar al 30%, todo según el nivel de ingresos que declares.
Como puedes observar, ningún país regala nada, y en la mayoría de casos operar con cuentas fondeadas te mete directamente en el mundo de los trabajadores independientes o profesionales, con todo lo que eso implica a nivel de impuestos, registros y obligaciones.
¿Sabías que una mala planificación fiscal puede reducir significativamente tu rentabilidad?
Con nuestro Curso de Fiscalidad de las Inversiones, aprenderás cómo declarar correctamente, qué productos tributan menos y cómo optimizar tus decisiones para pagar solo lo justo.
¿Realmente son rentables?
Más allá de lo complicado que puede ser cumplir con las condiciones operativas que imponen muchas empresas de fondeo (porque sí, algunas ponen reglas tan restrictivas que retirar beneficios es casi misión imposible), hay otro factor clave que muchos traders pasan por alto: el impacto fiscal.
Si estás pensando en meterte en este mundo, consulta sí o sí con un asesor fiscal especializado. No cumplir con tus obligaciones tributarias puede salirte muy caro: multas, recargos y sanciones que te pueden borrar de un plumazo lo poco (o mucho) que hayas ganado.
Por otro lado, también es importante que revises con lupa la empresa de fondeo que elijas. No es ninguna novedad que en este sector hay de todo, incluidas plataformas fraudulentas que no solo te ponen mil trabas para pagarte, sino que directamente funcionan como un esquema piramidal. En estas, las cuotas que pagan los nuevos traders son las que financian a los pocos que consiguen cobrar algo y eso no suele acabar bien.
Si quieres aprender más sobre cómo tributan tus inversiones —ya sean cuentas fondeadas, acciones, fondos o criptomonedas— te invitamos a inscribirte en nuestro Curso de Fiscalidad de las Inversiones. En él, nuestros expertos te explicarán cómo optimizar tus inversiones desde el punto de vista fiscal, evitando sorpresas y garantizando el cumplimiento de tus obligaciones tributarias.